lunes, 21 de junio de 2010

El nombre de la rosa

En el cuento «Los juguetes de la paz» (1919), Harvey Bope regala a sus sobrinos Eric y Bertie un juego con el que intenta inculcarles unos valores que los alejen de la educación habitual y hagan «especial hincapié en la vida civil y sus aspectos más pacíficos». Los niños demuestran poseer ciertos conocimientos de historia, y la mención a los reyes franceses del siglo XVIII dispara la pregunta del mayor de ellos:

—¿Sabes algo de madame Du Barry? —preguntó Eric—; ¿no le cortaron la cabeza?
—Era otra gran aficionada a la jardinería —dijo Harvey en un intento de eludir la pregunta—. De hecho, creo que la famosa rosa Du Barry toma su nombre de ella. Creo que ahora lo mejor es que olvidéis vuestros estudios un rato y juguéis un poco.

Jeanne Bécu (1743-1793), conocida como madame Du Barry o El Ángel, hizo una fulgurante carrera desde unos orígenes humildes como dependienta parisina hasta llegar a favorita de Luis XV (1710-1774), a quien fue presentada en 1769 a través del duque de Richelieu (sobrino nieto del célebre cardenal), quien deseaba frustrar los planes de su enemigo el duque de Choiseul, cuya intención era colocar junto al monarca a una cortesana (en concreto, a su hermana) que favoreciera sus intereses tras la muerte de madame de Pompadour (1721-1764).




La peculiar personalidad de Jeanne du Barry combinaba un carácter poco dado a las intrigas políticas, la pasión por el lujo, una afición al mecenazgo de artistas y poetas, una extraordinaria belleza y unas habilidades amatorias que cautivaron al monarca francés. Según recogió Le Gazetier cuirassé, ou Anecdotes scandaleuses de la Cour de France, uno de los panfletos libertinos que fueron masivamente leídos en la Francia del último cuarto del siglo XVIII:

El apego del R... por madame du Bar... procede de los prodigiosos esfuerzos que le obliga a realizar por medio de un bautismo de ámbar con el que se perfuma interiormente todos los días. Dicen que a eso añade un secreto que no suele utilizarse todavía en buena compañía.

Una nota al pie explicita algo más el carácter de ese «secreto»:

Las moscas cantáridas, el diavolino [gragea de chocolate], la esencia de clavo, los bautismos de ámbar, etcétera, son inventos de nuestro siglo cuya debilidad habría sido incurable sin tales ayudas...

Una marquesa contemporánea (amiga de Choiseul) la describió en una carta a Horace Walpole (1717-1797) en términos más sutiles, pero no menos cargados de sentido, dado que los topónimos mencionados están directamente relacionados con la diosa Afrodita: «es una ninfa sacada de los más famosos monasterios de Citerea y Pafos».

Tras la muerte del rey fue recluida en un monasterio, aunque más tarde Luis XVI le permitió volver a su residencia de Louveciennes, al oeste de París. Denunciada como contrarrevolucionaria, fue guillotinada durante el Terror en la plaza de la Revolución (la actual plaza de la Concordia). Se dijo que sus últimas palabras, pronunciadas entre sollozos, fueron: «De grâce, monsieur le bourreau, encore un petit moment» («Por favor, señor verdugo, otro momentito»). Dostoievski retomó en El idiota el episodio de su muertecomo símbolo de la angustia existencial.

De su belleza, nos queda el recordatorio de los cuadros de Louise-Élisabeth Vigée Le Brun (1755-1842) como el insertado más arriba o los pintados por Jean-Honoré Fragonard (1732-1806) que antaño adornaron las estancias del château de Louveciennes y que hoy se exhiben en la Colección Frick de Nueva York. También nos queda, ahora, la rosa que lleva su nombre.

Ahora, porque la época de Hector Munro dicha rosa no existía. La dubitativa alusión por parte de Harvey Bope a ella es, en el cuento, un intento desesperado para desviar la atención de sus sobrinos hacia los temas «pacíficos». El rosa Du Barry, también llamado rosa Pompadour, es un rosa asalmonado con un ligero tono amarillo utilizado en la porcelana de Sèvres y que se coincide con el color de la Azalea mollis.



Fuentes:
CRAVERI, Benedetta, Amantes y reinas, trad. María Cóndor, Madrid, Siruela, 2006.
DEFFAND, marquesa du, Correspondance complète de la marquise Du Deffand avec ses amis, París, Henri Plon, 1865.
LITCHFIELD, Frederick, Pottery and Porcelain: A Guide to Collectors, Londres, Truslove & Hanson, 1905, ed, rev. y amp.
MUNRO, Hector H. (Saki), Cuentos completos, ed. Juan Gabriel López Guix, Barcelona, Alpha Decay, 2005.
THÉVENEAU DE MORANDE, Charles-Claude, Le Gazetier cuirassé, ou Anecdotes scandaleuses de la Cour de France, 1772.